viernes, 29 de febrero de 2008

Hábito de cuero negro.

Fotografía: Vruummmm. TIAGO MULLER. http://www.flickr.com/photos/tiagomuller/111472879/


Fue el último deseo de su abuela, quien en las horas finales con las manos venosas acariciaba los cabellos de su nieta. Los ojos jóvenes, almendrados, delineados en la albura de la piel, se ahogaban en su propia miel. Las lágrimas corrían por las mejillas, surcaban un camino de no retorno.

Entre misterios y letanías, la devoción presionaba las cuentas del rosario, recuerdo de su primera comunión. Rezaba con fe por un milagro que había dado vida y ahora alejara la muerte.

Con pausa y recato caminó hacia la ventana, la abrió. La brisa del atardecer con aroma a vendimia se filtró por la ventana. Manolo le hizo una seña, ella con un mohín lo ignoró. El sol azafrán prolongó la sombra de su menudo cuerpo hasta el lecho para abrazar tanto dolor.

-¿Lo harás el 12 de octubre?, fue el día que naciste, llevas su nombre- dijo la abuela con voz agónica.

-Si abuela, con la fuerza del espíritu y el amor a Cristo me concederé a las Misioneras de Nuestra Señora del Pilar.

El 12 de octubre, día de fiesta, el dorado altar purificado en una nube de plomizo incienso, recibía los destellos solferinos y añil reflejados por los vitrales. Entre flores la imagen esperaba a Pilar para cumplir su promesa.

En la puerta de la iglesia, una "Triumph" encabritada regurgitó del escape su irreverencia. Abrazada a la cintura de Manolo y pantalón ceñido a la cadera, no perdió el hábito; sin quitarse el casco se persignó. Sonó dos palmadas en la espalda de cuero negro y siguió rumbo a disfrutar con su compañero de un claro día de otoño.

martes, 19 de febrero de 2008

¿QUÉ ES EL AMOR?

Fotografía: Rasa lilás. DIEGO F ANTONELLO
"El amor es entrega. El amor es la razón del amor. El amor es comprender. El amor es una música. Amor y corazón noble son la misma cosa. El amor es la poesía de la tristeza. El amor es cuando el alma frágil se mira al espejo. El amor es pasajero. El amor es no decir nunca lo siento. El amor es una cristalizción. El amor es dar. El amor es compartir un chicle. El amor nunca es seguro. El amor es una palabra vacía. El amor es alcanzar a Dios. El amor es un dolor. El amor es encontrarte cara a cara con el ángel. El amor son lágrimas. El amor es esperar que suene el teléfono. El amor es todo un mundo. El amor es cogerse de la mano en el cine. El amor es una borrachera. El amor es un mounstro. El amor es ceguera. El amor es oír la voz del corazón. El amor es un silencio sagrado. El amor es el tema de las canciones. El amor es bueno para la piel...

...El amor es el anhelo de abrazar a una persona con fuerza y estar en el mismo lugar que ella. El deseo de abrazarla dejando fuera al mundo entro. La nostalgia del alma de sonseguir un refugio seguro. "

Orhan Pamuk, de su libro La vida nueva

lunes, 11 de febrero de 2008

Fría mañana, calor de café

Fotografía: Café con espera. LUIS
Esa mañana un café con leche sería la clave para cerrar la puerta por donde se fugaba su vida.

Carlos y Joanna tomaron el café juntos antes de iniciar sus labores diarias en la oficina. Sentados en las frías sillas de aluminio invadidas por la sumisa luz que concede la mañana, observan los verdes revueltos que brinda el cerro el Ávila.

Joanna en cada amanecer enfrenta esa ausencia que tan profundamente siente. Con la nostalgia que invade su pensamiento, dio unas sacudidas a la bolsita que contiene el azúcar, la rasgó lentamente y derramó los blancos cristales sobre la espuma, esperó unos segundos con la mirada fija viendo como el azúcar se hundía, se diluía, la revolvió.

—Aún lo recuerdo, vive en mis días, en mis noches — dijo con voz suave, impregnada de melancolía

—Joanna, agradece lo vivido. Es pasado, nada de lo que viviste será igual en el futuro, hoy ya no son los mismos.

—Duele, duele— viéndole a los ojos dijo

—Porque has amado —con un mohín en sus labios le contestó Carlos. — ahora lo único que te queda es convertir esa miseria que sientes en victoria.

Tomó su taza, después de dar un sorbo concluyó

—La vida es tan efímera, tan volátil, tan corta como el calor de este café, así que… tómatelo antes de que se enfríe.

domingo, 3 de febrero de 2008

Soledad, deseo y seducción rubí

Fotografía: Vino Wine. BEATRIZ ORDUÑA
Impasible y fría está la noche

En la penumbra palpita un vaho floral, dulce, común

De las paredes, confidentes, emana una melodía acompañada por Lavoe

“Ha terminado otro capítulo en mi vida,
la mujer que amaba,
hoy se me fue esperando noche y día
y no se decide a volver.”

Unos pechos salvajes, sórdidos, lisonjean sus pupilas

Entre en sus dedos arden los recuerdos entorchados, inhala profundo uno a uno.

Sogas gruesas de humo amordazan la esperanza

A su lado la compañera, soledad

Al encuentro, Merlot llegó seductor a compartir el ahora

Aspiró lento, profundo

Escaldado notó su presencia

—De nuevo somos tres, tres, tres… que número tan desgraciado — pensó

Su buqué y solferino color la seduce

Obsequiosa acepta su presencia

Sin disimulo coquetean

No hay sitio para más de dos

Les florece el brillo que provee el deseo y con desdeño se marchan, sin escrúpulo

Ha vuelto a quedar solo

Cabeza gacha, índice y pulgar estriban los pensamientos

Levantó la mirada, chasqueó los dedos, y con lasitud dijo:

— ¡Camarero, una botella de vino, por favor!

martes, 22 de enero de 2008

Te va a comer el COCO


Ilustración: monster & me. Vagrant Aesthetc.

Rosa tenía la urgente necesidad de conseguir dinero, debía buscar un empleo. Le ofrecieron techo, comida y salario mínimo. Sabía que asumir la responsabilidad de cuidar un niño no es un juego. Los niños de la ciudad no son como los de su pueblo, Cabudare, hay que saber tratarlos, cuidar lo que se les dice y como. Fue así que aceptó el trabajo de niñera mientras Pablito le sacaba la lengua y ella tenía ganas de cortársela.

Junto a la cocina, en el área de servicio, hay un cuarto de pequeñas proporciones; la cama tendida con un cubre de algodón, una mesa de noche, sobre ella, la pequeña lámpara de pantalla de tela. Al frente un mueble con seis gavetas y el pequeño televisor. Baño privado y un closet para colgar sus prendas de vestir. Ese era desde ahora su recinto de descanso, muy distante al corredor y el chinchorro que mecía sus sueños. Estaba por ver otras visones que rayarían en la realidad.

—¡Rosa, ayúdeme con el niño, hay que vestirlo y llevarlo al preescolar!— fue lo primero que escuchó en esa mañana.

Pablito correteaba y brincaba como un saltamontes por el cuarto, no paraba de dar gritos

— ¡No me voy a poner el uniforme, no quiero, no quiero, no quiero!

Rosa lo abrazó para vestirlo y la primera reacción del niño fue hincarle un mordisco sin reflexión en el brazo izquierdo. Rosa lo tumbó en la cama, lo tomó con fuerza por el brazo y le dijo:

— Si no dejas que te vista te encierro en el baño a oscuras para que te coma el Coco— él la miró extrañado y le hizo una trompetilla que le salpicó de saliva su cara.

Esa tarde, a gritos Pablito exigía:

— ¡Rosaaaaa mi tetero!

—Un chamo tan grande y tomando tetero— dijo para sí

Le preparó la crema de arróz, en un vaso se la llevó. Lo tomó y con un berrinche lo batió contra el piso espetando que lo quería en el biberón. Rosa enardecida lo agarró por los hombros, abrió el closet y lo encerró.

—Estás castigado y allí te quedas hasta que te coma el Coco!

Pablito lloró, gritó. A los minutos Rosa decidió abrirle y advertirle de su mal comportamiento.

Esa noche los Padres de Pablito habían salido a cenar con unos amigos. En la casa el silencio se interrumpía por la novela de las nueve que usurpaba las comiquitas de Cartoon Network.

— ¿Que extraño? — pensó Rosa, — esto no es normal.

Se levantó del sofá y comenzó a buscara la criatura por toda la casa. No había ni rastro, comenzó su angustia.

Bajó a la cocina, fue a su cuarto y para su sorpresa lo consiguió con tijera en mano cortando las estampas de la Virgen de la Divina Pastora, El Sagrado Corazón de Jesús, la foto de su mamá, la de los hermanos, documento de identidad y cuanto papel consiguió en la cartera. No se salvaron las pinturas de labios, los había utilizado para rayar el cubrecama y paredes del dormitorio.

Enajenada, en medio de su ira lo alzó, entre gritos, llanto y patadas, lo encerró en su cuarto, apagó la luz y le dijo:

—Ahí te quedas hasta que te duermas y te venga a comer el Coco.

Entrada la madrugada. Un ruido en la juguetera hizo despertar a Pablito, en la penumbra que prestaba su lámpara de noche, sus ojos avistaron un gran muñeco Blanco y gris que con una sonrisa le saludaba.

—Hola Pablito, ¿jugamos?

Pablito ante su asombro salió del embozo de su sábana, soltó una sonrisa y dijo:

— ¡Si, juguemos!, pero primero con los tacos, son mis preferidos

Vaciaron la bolsa comenzaron a armar torres multicolores. El dinamismo de Pablito no lo dejaba permanecer concentrado en una actividad, propuso jugar con los Transformer.

—Yo soy Megatron y tu Bumblebee.

—Pero… ¿cómo te llamas? dijo el niño.

—El Coco — respondió en voz grave.

— ¿El Coco?, ¿pero tu comes gente en la oscuridad?

—Hummm… Eso dicen.

Siguieron jugando durante la madrugada

—Has jugado toda la noche conmigo y no me has comido, ¿no te aburres de jugar con un niño? — preguntó viéndole a la cara

—No, para jugar hay que hacerlo con el corazón y cuando lo hago de esa manera se me olvida todo. Son los momentos en que me siento libre, y mi pensamiento se expande, el universo se me agranda como el tuyo. A medida que nos volvemos grandes ese universo se nos hace más y más chico, se nos olvida jugar.

Hizo una pausa y le dijo con una mueca pícara.

— Pero sabes algo…, ya me dio hambre, mucha hambre, tengo que comer.

—Yo sé que puedes comer… y te va a gustar. — dijo risueño el niño

—Baja a la cocina, ve al cuarto de Rosa y le pides que te haga una crema de arróz, pero que te la de en biberón. Eso si, -en voz baja- ten cuidado, se molesta por nada.

—Eso haré.

En la mañana siguiente, buscaron a Rosa, no apareció. Su cuarto desordenado, rayado, imágenes venerables rotas en el suelo, se mostraba como si las fuerzas del bien y el mal lucharon en el pequeño espacio.

Su ropa intacta en el closet y gavetas. Pero de ella, ni rastro. Sólo un puño de hebras grisáceas parecidas a las de un muñeco de peluche se encontraron en el piso. Nunca más se supo de la joven, ni en Cabudare.

Pablito siguió jugando con sus héroes e imaginación en espera de alguien que sepa comprender, compartir y divertirse en su mundo de fantasías.

sábado, 12 de enero de 2008

Viento vivo.

Fotografía: MARIANA http://www.flickr.com/photos/fulanita/366512711/

El horizonte se estremeció al escucharlo con ímpetu gritar:

— ¡Que el viento se lleve mis sentidos, mi alma, mis pensamientos, mis afectos. Que no se detengan y vuelen libres, gráciles, por las montañas, por los valles, por los llanos, por los ríos y mares de tu cuerpo vivo, tibio, que se anima afanoso a la tentación del amor!

— ¡Que me lleve el viento!

Sus pies se elevaron y como una cometa se alejó.

martes, 1 de enero de 2008

Nubes de un tiempo perfecto

Fotografía: Mirada hacia las nubes. GUADALUPE GÓMES SALAS

Luego de la jornada de trabajo, caminar por el parque triturando las hojas secas de su pensamiento era la rutina para llegar a la soledad su casa. El recorrido entre los frondosos árboles que proyectaban sus sombras y las emanaciones florales aumentaban la amenidad de la tarde. Lleva consigo los vinos que le regalaron sus clientes en el banco, un gesto de reconocimiento de fin de año por contar con exactitud el dinero ajeno. En el recodo de la caminaría, los setos de gladiolas dan paso al prado que intensifica su verdor por los ambarinos rayos de luz que advierte el atardecer. Para su sorpresa, en un manto de desvencijadas y crujientes hojas yacía un hombre de corta y descuidada cabellera entrecana. Cauteloso se acercó, detalló con precisión su rostro gastado, de barba hirsuta, los párpados pétreos mantenían sus ojos profundos con la mirada fija en el cielo. Su vestimenta percudida, un bluyín decolorado y sucio por la faena y la franela que le identificaba como empleado de la Alcaldía. A su izquierda, recostado de una bolsa llena de hojas, el rastrillo metálico destartalado reposaba agotado por la faena. Con los brazos firmes como su mirada, extendidos hacia el cielo sujetaba el firmamento que estaba a punto de caerse sin piedad y aviso alguno.

— Disculpe amigo, ¿que hace? —preguntó

—Te sostengo el cielo para que no te aplaste— sólo movió sus labios, manteniendo el cuerpo rígido como si se tratara de una tarea de alta precisión.

El comentario gracioso ocasionado por un excéntrico feliz le asomó una leve sonrisa, y para seguir la corriente, le preguntó.

— ¿Y como lo hace?

—Viendo las nubes, sintiéndolas, viajando en ellas. —respondió— fíjate como cambian de forma, todo depende de la velocidad del viento y la intensidad y ángulo de la luz con que las acaricie el sol. No tienen prisa, no tienen hora, días ni años. Son simples nubes, nada más que nubes. Se transforman, van danzando por los aires, de un lado a otro. No tienen hora para aparecer ni desaparecer. Sólo quieren ser neblina para acariciar nuestros rostros o nubarrones para brindarnos su agua. Pueden ser tormentas poderosas o brisa sutil. Danzan, danzan y danzan, sin descansar como bailarinas ligeras, gráciles.

— ¿Cómo te llamas? — preguntó el anciano

—Aníbal

—Hermoso nombre, de origen fenicio, significa “el que tiene la gracia de Dios, de sentimientos verdaderos”.

Un juicio de valor le hizo causar extrañeza por el comentario.

—Acuéstate a mi lado, regálate tu tiempo— palmeó suave con su ruda y callosa mano derecha el suelo haciendo crujir las hojas secas.

Aníbal se mostraba preocupado por no llegar a tiempo a su casa aunque en ella solo le esperaba la soledad compartida con libros, un ordenador, la cama y un televisor. Sin embargo se dejó llevar por sus instintos.

—Atardece, se me hace tarde para llegar a casa, esta noche es año nuevo. — le respondió.

—Ven, siente con tu espalda la tierra y con tu pecho el cielo. Respira, no es tarde ni es temprano, es un momento, el ahora, parte del ciclo del día y la noche. No hay año nuevo ni año viejo, sólo vida, existencia, transformación continua en imperecedera, nada es malo ni es bueno, simplemente es. Día a día las nubes nos regalan sus formas infinitas en el cielo y nosotros creamos las formas que deseamos ver.

Con el recelo de quien habla con un loco y teme por su integridad personal, Aníbal fue agachándose lentamente y se acostó. Distendió sus brazos y piernas, sintió el olor a tierra y el crujir del seco colchón vegetal.

—Relájate y mira con acuciosidad las nubes.

En unos segundos ya estaba inmerso en una perspectiva diferente.

— ¡Mire!, —con asombro dijo Aníbal— aquella parece una cara de elefante con la trompa. Y…, aquellas arreboladas son un ramo de flores, ¿las ve?. Y a la derecha… ja, ja, ja, un conejo de largas orejas.

—Apuntalas tu firmamento, vuelves a ser niño. Cuando eres niño las referencias del tiempo son vivencias, no existen fechas, sólo momentos especiales; el fin de semana en la playa, la piñata del cumpleaños, la llegada de Santa o el Niño Jesús, la campana del colegio que marca el fin de la jornada. Tus parámetros de tiempo eran las fechas y momentos que te parecían importantes. Las convenciones son los límites del mundo de los grandes, de los adultos, de los mortificados, de los ambiciosos, de los que nada más buscan en Cristo, Buda, Mahoma, Krishna y todas sus variantes mediáticas y comerciales la razón de la existencia o la fortaleza de su columna para sostener la vida sin echar una mirada en su interior, en su esencia, en su alma. Lo principal de los puntos del ahora que conforman lo que llaman la línea del tiempo es la excelencia, porque en ella priva el mayor grado de bondad que es la razón de la perfección, por eso, para los niños no existe el tiempo. ¿Entiendes porque se dice que el tiempo de Dios es perfecto?

—Eso creo— contestó Aníbal con una mirada de duda, asombro y curiosidad por ese hombre.

—Aníbal, ves aquella nube, ¿Qué te hace ver?

Sumergido en un torrente de imaginación le responde.

—Para mí… humm… es un cofre— aseveró.

—Obsérvala fijamente, luego cierra tus ojos e introduce las manos en el y a ver que consigues.

—Humm…, flores…, muchas rosas.

—Son las flores que están sembradas en ti, por alguna circunstancia las semillas llegan y ellas florecen en el momento menos esperado porque no hay un tiempo determinado. Liberan todos sus colores y aromas. En muchas ocasiones de forma desafortunada quienes te ayudan a sembrar no comparten el disfrute de la cosecha porque le pusieron tiempo a la espera, fueron impacientes, se volvieron adultos, olvidaron su niñez.

Hubo un intenso y plácido silencio que zumbaba en los oídos de Aníbal. Sentía el cuerpo flotar en la vacuidad de su pensamiento.

Lentamente fue abriendo los ojos, emergiendo de ese momento de solaz. Sorprendido se vio rodeado de miles de flores multicolores. Viró su cabeza en búsqueda del anciano, necesitaba una explicación que solo estaba dentro de él. Giró su cabeza, miró hacia un lado y hacia el otro hurgó con la mirada entre los arbustos y la caminería. No lo consiguió.

Las campanas blandían e inundaron con su tañido el aire, doce campanadas en total y los fuegos de artificio anunciaban en el mundo de los adultos el inicio de un nuevo año.

Desconcertado, Aníbal se incorporó, suspiró, se sentó en un banco, sacó de su bolsillo una pequeña navaja, descorchó la botella que traía y de un trago enjuagó su garganta. Miraba extasiado las luces que se expandían formando gigantescas esferas y luego como pétalos de rosas se precipitaban perezosas sobre el parque. Disfrutó el momento.

El firmamento estaba seguro.


lunes, 31 de diciembre de 2007

Propósito de año nuevo

Fotografía: Flotando. Mood Dragon. http://www.flickr.com/photos/pintomarquez/2090887397/

Se escucha en la radio: ¡Faltan cinco minutos para las llegada del año nuevo!. En medio del estrepitar de los cohetones y el jolgorio familiar, Marisela pregunta.

—Ramiro, después que incendiaste el dormitorio por quedarte dormido con un cigarrillo encendido ¿imagino que tu propósito de año nuevo será dejar de fumar?

—¡Nooo!... te equvocaste. Dormir en el banco de la plaza. Lo que me preocupa es que la corriente de aire me pueda ocasionar una neumonía.

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Regalo de Navidad

Fotografía: Jeune femme au téléphone. ALAIN BACHELLIER http://www.flickr.com/photos/alainbachellier/297322904/

Luces brillan por toda la ciudad. La Cruz del Ávila con intensidad resplandece sobre el valle de Caracas brindando un aire de alegría navideña a la capital. Sin embargo para Ismael fue premonitorio aquel atardecer de diciembre en el bulevar de Sabana Grande. El destino lo colocó en el sitio, el día y la hora justa para ser desafortunado testigo de aquella miserable y fútil traición que le arrebataría el amor preferente que por tantos años había cultivado.

El encuentro no fue casual, ella acordó el sitio y la hora de la cita. Vidrieras, luces y un ambiente lleno de San Nicolás, renos, y algodón simulando la absurda nieve tropical hacían patente la alegría de Sophia al ver las posibilidades de realizar su anhelo. El verde salvaje de sus ojos brillaba cual gema refractando su luz. Se vieron, entrecruzaron intensas miradas de fuego como centellas resplandecientes en la negra noche. A ella, su actitud la delataba, le afloraba el deseo de tenerle entre sus manos, hablarle, escucharle. Ismael la observaba, y ante tal escena, sintió gotas de sudor frío. Lentas y sigilosas bajaban por la morena piel de su frente. Absorto quedó ante desagradable instante. El dolor, la rabia y el miedo de perderla hicieron que se mantuviera oculto, vigilante de sus acciones.

A fin de cuentas, fue Sophia quien decidió y eligió. Su rival ganó esa batalla, sí, sin duda alguna. Se percató que era colosal luchar contra su elegante y sobrio estilo, del dominio de la tecnología, el brillo de lo nuevo, la tentación de lo inexplorado, lleno de energía y de esas maneras tan particularmente musicales de llamar su atención. Le brindó el placer a su ego de desgarrar su bien presentado velo de virginidad. Cayó en la red, la sedujo al punto de convertirla en una incondicional de su propia necesidad. Hizo de sus gráciles y finos dedos, esclavos para satisfacer el hambre de caricias sobre el pecho esculpido como un súper héroe musculoso.

Un intruso que llegó para destruir la intimidad con el eterno ir y venir de cotilleos y tertulias inútiles. Apegado a ella, se hizo presente en los momentos menos apropiados, fueron tres; en la cama, en la cena, en el cine, en los aniversarios.

Por él, ella desplazó su atención y su prioridad que en una época le perteneció.

Y a pesar que lo despreció y detestó, ahora los entiende y gracias a la Navidad en la que debemos reconciliarnos hasta con uno mismo, se hizo un obsequio.
Donde fueron tres, ahora son cuatro.

—Sophia, no puedo atenderte, tengo una llamada en espera, en quince minutos te repico.

martes, 11 de diciembre de 2007

DOLOR

Fotografía: Dolor. FRANCISCO PEREIRA

Decisión de verdugo semblante, oscura, lastimó, causó el agudo dolor que le arrincona el alma desnuda en una esquina de su corazón vacío. En soledad las gotas cristalinas, tibias, le golpean sin cesar, intentan penetrar su cuerpo, está seco. Como lágrimas silenciosas se escurren por la impermeable piel. Le consuela sus brazos, el pecho se oprime al no escuchar la afable voz, sentir su aliento.

Duele el silencio árido, mudo desierto estéril que sofoca, atormenta y castiga. Abate la reminiscencia, no percibir el destello de sus ojos, ni sentir la tersura de sus manos.

Duele el fulgor de las mañanas que recuerda día a día el desamor no deseado.

Duele la soledad, olvido frío por la distancia. Intenta acortarla mientras el pensamiento transita por los caminos del sentimiento en búsqueda del rostro perdido en las sombras ásperas de las rocas.

Duele esa vacuidad infinita, en la que reverbera el eco interno, perpetuo.

Duele la punzante pérdida, saber que nunca jamás ha de compartir ese sentir que lleva consigo. Sufre su entraña por las raíces que hurgan y se alimentan de recuerdos floridos sembrados uno a uno por besos de furia. Hinca el dolor afilado, intenso, profundo, que no aquieta la lira de Orfeo.

Duele el sabor que evoca el caldo rubí en la copa inundada por los vapores de su cuerpo. El pesado hilo gris fatigado del cigarrillo delinea el perfil mil veces acariciado, flota y lento se desvanece, determina la ausencia.

Duele obligarse a que sus recuerdos no le encuentren. El dolor por amar y no ser correspondido encarna lo profuso que se ama.

Duele lo que el tiempo intentará mitigar.

Es conocerse…, es ¿estar vivo?

viernes, 7 de diciembre de 2007

Una pancarta vale más que mil palabras

Fotografías: FRANCISCO PEREIRA G. panchoper@gmail.com
El tiento de manos de Miguel iba indagando curioso el asfalto de la avenida. El sol abrasador reflejaba destellos en sus lentes negros, de cristal oscuro. Escuchaba el bullicio de la turbamulta, su olfato agudo refrendaba el olor a cotufas. Unos pasos más adelante, pinchos de carne y pollo a la brasa. Los aromas se confunden, se solapan. Entre la multitud presumiblemente un cuello aguanoso en Carolina Herrera de alguna licenciada se mezclaba con el pachulí de la cocinera. Gritos, consignas, música, pitos, llegaban en diferentes direcciones como saetas a sus oídos. Tomado del hombro de Raúl, su hermano, disfrutaba de aquel colage que sus cuatro sentidos articulaba.

—Raúl paremos un rato.

— ¿Estás cansado, quieres sentarte, tomar agua?

—No, gracias— respondió. Giraba de manera leve su cabeza en diferentes ángulos, como si sus oídos visualizaran las escenas que acontecían en la avenida, y dijo.

— ¿Podrías leerme y describirme las pancartas que alcances a ver?

— No hay muchas y no son tan buenas como en otras manifestaciones.

— Aprende a ver, léelas y descríbelas, ellas son un resumen, dicen más que mil palabras. ¿Sabes algo? en este país hay unos que tienen sentido de la vista y no ven, porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.








viernes, 30 de noviembre de 2007

SUNGLASSES con reflejos de... ¡NO!

Fotografías: FRANCISCO PEREIRA panchoper@gmail.com

Para ganarse la vida honradamente hay que salir a la calle a buscar el dinero. El que se encuentra en la billetera de cuero adosada a la nalga sudorosa de cada caballero o en los bolsos que deambulan colgados en los hombros, rozando los turgentes pechos de las mujeres de esta ciudad. El objetivo es lograr el intercambio, la vida es un perenne trueque hasta para el amor. Eso era lo que pensaba Yorman cada día que salía a trabajar en la que él llamaba su empresa, la óptica “Sunglass Mira Lejos”.

Caracas es una ciudad convulsionada, de fuertes contrastes, llena de modernismo y atraso. La política es el pan nuestro de cada día, quien no esté enganchado con la revolución bolivariana, está con la oposición. División, verdadero logro de la gestión del gobierno. Es por esto que las numerosas concentraciones políticas son oportunidades nada despreciables para los empresarios informales como se autodenomina Yorman.

Es el día de la concentración de la oposición, miles de caraqueños se agrupan en la principal avenida de la ciudad, la Bolívar. Tienen como fin manifestar por el NO a la reforma constitucional, mañana lo harán los oficialistas partidarios del Si, y para Yorman es una buena oportunidad de vender lentes de sol. Son dos ocasiones que hay que aprovechar ante la cercanía de las fiestas de diciembre.

Yorman llegó a la avenida antes de la hora prevista para la multitudinaria manifestación. Con un pañuelo de fieltro y agua jabonosa limpió uno a uno los cristales de cada lente. Los colocaba con delicadeza en el curtido bloque de poliuretano desmedrado que comenzaba a transformarse en un ojo de mosca gigante.

La asistencia a la manifestación auspiciada por miles de estudiantes con sus manos blancas, se incrementaba cada minuto. Entre consignas; “¡Hay que marchar…, hay que marchar…, porque si no la CIA no nos va a pagar!” y el clásico grito de guerra con posteriores aplausos, para finalizar alzando las manos pintadas de blanco ; “¡Eeeestudiantes!...”

Con gorra azul curtida del Magallanes, recostado al tronco bajo la sombra de un árbol veía pasar el jolgorio.

Una joven de piel canela y cuerpo de escultura con atributos de Afrodita, se acercó, tomó unos lentes y le preguntó;

—Flaco, ¿qué valen estos?— mostraba un rictus afable.

Ante la cadera atrevida descubierta al sol y sonrisa menuda, siendo infiel a su principio de comerciante de que todo se vende, le respondió con obsecuencia;

— ¿Para ti?..., nada, muñeca.

Sus finas manos y uñas con una obra cinética que se tuteaba con las de Cruz Diez, se reflejaron en el broncíneo espejo del lente deseado. Lo tomó, se lo colocó con un ligero batir de su azabache melena y dijo;

—Gracias flaco, eres un amor.

Presumida, dio media vuelta y comenzó a perderse entre la multitud.

Perplejo, tomó su gran muestrario y emprendió la carrera tras aquel bluyín bajito, que mostraba las faldas del Monte de Venus que deseaba escalar. Su mirada seguía con atención el par de hoyuelos en la cadera que rítmicamente se perdía en la muchedumbre. La aglomeración le impedía alcanzarla, lograba en ocasiones descifrar su cabellera, o su blanca franela. Con dificultad se abría paso entre pancartas y gritos, “¡Y no, y no nos quitarán el derecho a protestar!”.

Permisos y disculpas, eran sus palabras, el gran ojo de mosca le impedía acelerar el paso.

—¡Coño no me empujes!— le gritó una señora tipo quincalla, ataviada con sombrero, franela, pulseras, emblemas, bandera tricolor y el cartel de rotundo NO! amarillo indignación.

Siguió en persecución de su fugitiva al mejor estilo de Sam Gerard, con la ansiedad y nerviosismo de un sabueso que persigue su presa. El muestrario de lentes sostenido en alto golpeó la cabeza de un moreno mal encarado, de brazos macizos y nudillos prominentes.

—¡Así No!— le dijo con voz imperativa — esta es una protesta pacífica pero si quieres aquí mismo te doy tu carajazo.

En el tumulto, miles de manos blancas se alzaban como si le solicitaran parar la persecución, anunciándole que todo estaba perdido. Ante el bosque de brazos insistía en el acecho de la chica que lo deslumbró y ni siquiera conocía su nombre.
Sin mediar palabras, ni saber su origen, recibió una bofetada de cuello vuelto que lo desubicó por segundos pero sin soltar la mercancía.

—Deja la rozadera carajo, ques ta vaina no ej bolero, ni te lo va ja llevá pa tu casa, ¡abusador!. A cuenta ques toy sin marío va ja vení abusá— con furia de hipopótama recién parida le espetó la prieta.

Ante la solidaridad por parte de los asistentes para con la señora, no le quedó otra que sobarse y seguir camino con la mejilla solferina.

—¡No joda…, esa carajita está buenísima!, como sea tengo que hablarle — obsesionado decía en su interior mientras pasaba el dolor moral. El sol extraía las gotas de sudor que corrían por su frente. El vaho que emanaba de la muchedumbre impregnaba su pecho y espalda.

La perdió de vista, se desvaneció, creía verla en las cabelleras negras, en cada franela blanca.

—Si no hubiera sido por este poco de lentes la alcanzo, la oportunidad la pintan calva y la perdí— dijo para sí con rabia.

Los discursos barbullantes que emanaban de los altavoces le aturdían. Colocó el muestrario de lentes en el piso y para lograr mejor visual se subió con destreza felina en un poste de alumbrado para otear entre miles de cabezas, banderas, cartelones y pancartas. El esfuerzo resultó inútil. Al bajar, se percató que alguien con mayor interés por los lentes los había desaparecido, como la morena de caderas memorables. Hoy no era su día.

Concluida la concentración, se sentó en un banco a ver pasar a la multitud que se retiraba. Alelado, con la mirada perdida entre miles de papeles, botellas plásticas vacías que rodaban por el piso, piernas alegres que caminaban por el asfalto y aturdido ante la estridencia de los pitos, parlantes y gritos, no hacía más que pensar en los ojos glaucos y la tersa pelvis de gloria.

Ensimismado entre el cansancio y la decepción, en estado de lasitud sintió unos golpecitos en la espalda, volteó repentinamente y era ella, no supo que decir. La visión le hizo sentir algo extraño, una sensación similar a un triunfo olímpico en cien metros mariposa.

—Flaco, ¿ puedes cambiarme los lentes?, me hacen doler la cabeza.

Disimulando la torpeza cometida durante su búsqueda, le contestó.

—Heee... los vendí todos, pero si quieres mañana nos vemos en la concentración del gobierno por el Si y te los traigo.

A lo que respondió contundente

¡NO!

Yorman sin perder momento, dijo.

—Entonces, me das tu número telefónico, te llamo y los llevo a tu casa.

Un segundo y rotundo ¡NO! fue suficiente para darse cuenta que había perdido el juego. En esta ocasión no habría trueque.

Culminaba la tarde con un cielo arrebolado, Yorman escaldado prestó atención como una mano fuerte, varonil rodeaba con deleite la cintura de ensueño, mientras se alejaban entre brincos gritando; “¡Y no..., y no…, y no me da la gana que mi constitución se parezca a la cubana!”

(Un inciso)
La felicidad me embarga al escuchar esta madrugada (3 de diciembre) de boca de la autoridad electoral, mascullar la sentencia de la victoria del NO a la reforma de la constitución. Un triunfo el cual tiene como significado que la luz de la libertad en Venezuela no puede ser apagada por la tiranía. Hoy es un día tan importante como el de la independencia del país, los venezolanos hemos dado un paso trascendente en madurez política, un grito a la necesidad de la tolerancia y rechazo a la violencia de cualquier manera que se exprese. Hemos negado un proyecto que no pertenece a nuestra idiosincrasia, un proyecto de expansión política por los países de América con un modelo obsoleto y caduco.

Un ejemplo a seguir en Venezuela y todos los países que temen por sus libertades y derechos es el que han dado y siguen dando los estudiantes. Luego del cierre abusivo de la televisora nacional RCTV (mayo 2007) los estudiantes han sido vigorosa, entusista punta de lanza de la protesta ideológica del país. Es por eso que ver saltar, gritar y llorar de alegría a los jóvenes universitarios que no llegan a los 25 años por el logro de su lucha, realmente me llena de orgullo y lo más importante para mi, sentir que mi hijo, Francisco Javier con sus siete años y mis sobrinos, tienen la posibilidad de un futuro promisor en esta tierra de gracia.

viernes, 23 de noviembre de 2007

El valor de una coma.

Fotografía: Mari Carmen Criado http://flickr.com/photo_zoom.gne?id=278363559&size=m

¡Sólo una coma!

El poder de su ubicación en la oración.

Lea y analice la siguiente frase:

"Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda".

Si usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra mujer.

Si usted es hombre, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra tiene.



domingo, 18 de noviembre de 2007

El redoblante de Mariela

Fotografía: EDUARDO MONTEPEQUE eduardo@permontarts.com
Visitar en: http://flickr.com/photos/8582249@N08/

Comienza la mente con el inquieto y constante repiquetear de las baquetas en el blancuzco y tenso cuero del redoblante, su pensamiento. Se mantiene distraída entre lo que fue y lo que pudo ser. La hora de armonizar cuerpo y espíritu, ha llegado.

Los pies están desnudos, firmes, arraigados al suelo. Franelilla ceñida al torso. Fina cabellera castaña recogida. Pecho abierto, hombros y cuello de tersa piel florecen al descubierto. Ojos de niña envueltos por sus párpados observan su jardín interior. Frente a su corazón, delicadas manos palma contra palma, dedos contra dedos, en mudra, centra y equilibra la energía que atesora. Inmersa en la verticalidad, Inhala, exhala, profundo y pausado, materia que canaliza para nutrir hasta los más apartados rincones de su ser.

La cadenciosa respiración es metrónomo que indica el compás musical de los movimientos corporales; lentos, rítmicos, limpios, seguros, impregnados de armonía. Inicia la sinfonía con los arpegios que brinda su cadera. Músculos, vértebras, ligamentos, con grácil concordancia se estiran, tensionan y contraen. Se activa la conciencia, cada axón de sus neuronas.

Las nacaradas perlas de sudor surgen espontáneas, resplandecen temblorosas a la luz de las velas, vibran, se deslizan en silencio cauteloso por la frente y entre sus pechos.

El final, que realmente es un comienzo, llega.

En Savasana, entrega pleno su cuerpo laso al universo. Escucha y siente la respiración, pulsan sus muñecas, no hay ayer, no hay mañana, para ella sólo existe ahora en el latir de su corazón.

El redoblante ha cesado en su repique.

domingo, 11 de noviembre de 2007

¡POR QUÉ NO TE CALLAS!...

Fotografía: http://flickr.com/photos/24293932@N00/496980189/


Valenzuela es el apellido de una familia acomodada que tenía un cerdo el cual no hacía más que comer y gruñir durante el día y la noche. Fue el regalo de unos amigos granjeros para los niños. Obsequio que haría del porvenir de la familia y vecindario todo un calvario.

Le dieron por nombre Hugüi. Sus ojos pequeños, una colita entorchada, un hocico cilíndrico y rosado conjuntamente con su boca le dibujaban una sonrisa sardónica. Distaba del célebre cerdito inglés de la pantalla grande, “Babe”.

¡Joinc…, joinc!, gruñó el cerdito en varias oportunidades demostrando sus cualidades futuras de comunicación. ¡Joinc…, joinc…, joinc! continuó sin parar el chancho.

Transcurrido el tiempo, los Valenzuela construyeron en el jardín donde cultivaban calas y gladiolas un corral para su mascota. El vecino, Juan Carlos, por intuir el futuro que se le aproximaba, se opuso y denunció ante las autoridades sanitarias la presencia del animal en una zona residencial, sin embargo, no contó con el apoyo de los vecinos y no logró evitar tal atrocidad.

El gruñir del cerdo con el tiempo se hizo más fuerte, repetitivo, latoso, no dejaba de emitir sonidos desagradables desde el amanecer. Su corpulencia iba en aumento por su propia angurria. El jardín donde hubo fragantes y coloridas flores se convirtió en un inmenso y nauseabundo corral, inundado por un charco negro, pegote repugnante en el cual Hugüi se revolcaba a placer.

Los Valenzuela veían como día a día su casa se deterioraba ante la presencia del nefasto animal. Sin embargo, en el vecindario muchos se hacían de la vista gorda ya que advertían en Hugüi; lomo, jamón, chicharrón, tocineta y pernil.

Juan Carlos, no soportaba la vaharada que emanaba del aposento del cerdo y menos aún los sonidos incesantes, eran estiletes que punzaban sus oídos. Ante su desesperación tomó una escalera, subió hasta el tope del seto de rojas cayenas y con rostro desmesurado, señalándolo como si fuese una persona, espetó:

— ¡Por qué no te callas!

Hugüi giró su corpulento cuerpo de tocino, le miró con los diminutos ojos hinchados por la manteca y respondió:

— ¡Joinc…joinc…joinc…!

Juan Carlos, mirándolo absorto caviló con un mohín en su rostro, se dijo;
Cerdo no llega a viejo y cada cochino tiene su sábado.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Un asunto de confianza

Fotografía: Remando en la Bahía panchoper@gmail.com

El día estaba despejado. Las rocas grises del malecón que protegía la bahía, convertía en brotes de blanca espuma las olas que le golpeaban. Un sol resplandeciente destellaba en las tranquilas aguas del puerto, ideal para remar. El padre propuso a su hijo realizar la aventura.

—Papi, vamos a remar en el bote, tú vas delante y yo detrás, así te guío.

Con ojos de ónice, bajó su mirada y con ella hurgando la angustia en la arena le respondió.
—Me da mucho miedo.

—Ten confianza en tu papá, nada te va a pasar— le aseveró Franco.

Luego de colocarse los chalecos salvavidas se hicieron al agua remos en mano.

El delgado bote plástico se abría paso en la bahía ante el impulso rítmico de los bíceps de Franco que impelían el agua de forma lenta. Pero la inocencia de los 6 años es audaz. El pequeño con voz segura y determinante le anunció que se lanzaría para nadar. El instinto de protección a su pequeño conllevó que el miedo se hiciera presente.

— ¡Cuidado, espera!

— ¡Papi me voy a lanzar!— repitió el niño.

Soltó de sus pequeñas manos el remo y sin tener la menor de las dudas se dejó deslizar suavemente a babor. La diferencia de peso hizo bambolear el bote. Al mismo tiempo las gotas cristalinas de agua saltaban alegres ante el chapoteo del pequeño. Al verlo seguro en el agua, la luz de la mirada y su sonrisa le decían a Franco;

—Papá, ahora ten confianza tú en mi.

lunes, 29 de octubre de 2007

Aroma de café

Fotografía: Vigilia. FRANCISCO PEREIRA panchoper@gmail.com

La cama es para compartirla. Giró media vuelta, extendió su brazo en búsqueda de dar protección a un pecho tibio, palpó la almohada, su mano resbaló sobre una superficie fría, plana, ya no estaba, confirmó una vez más que se había marchado.

— Intuí tu presencia sibilina, ¿qué haces allí, inmóvil frente a la cama?

—Tengo mis ojos presos en ti, te observo inmerso en la severa oscuridad.

—Por favor, otra noche no, ya es tarde. Advertirte indiferente me da escalofrío.

—No tengo sueño, me desagrada dormir.

— ¡Entonces márchate!, anda a deambular entre los faroles de las solitarias avenidas.

— Hoy no, necesito animar los vientos que soplan en tu mente.

— ¡Nunca cambiarás!. Vamos, alguna vez abandona tu arrogancia, es tarde, tengo tres horas desgarrando pasado, presente y futuro, no es tu compañía la que anhelo. Basta de hostigarme, abandona la insistencia, debo conciliarme con la horas en las en que realmente vivo.

—La sábana está caliente y ansiosa, sus pliegues rozan tu piel inquieta, disfruto de ello.

—Yo no, me perturba. No te hagas de rogar, abandona el dormitorio, comparte la oscuridad con las aves que seducen las sombras, vete al mundo de los muertos que ellos si desean abrazar tu vigilia. Yo estoy vivo, no te preciso a mí lado. ¿Entiendes que no te deseo?

—Esta noche mis brazos se hunden en ti para agitar el cieno que ha depositado el río de tus sentimientos.

— ¿Deliro?

—No

—Entonces, muéstrame tu rostro, déjame palparlo, sentirlo, para no alimentar esta ansiedad.

—Míralo en el reflejo de tu pensamiento. Reconócete y calmaras la ansiedad. No te duermas, aún no amanece, ya vuelvo, voy a tomar café.

Auque al sueño no se obliga, cerró sus ojos y deseó soñar así fuera una pesadilla antes de oler el aroma que le acentuaría el insomnio.

martes, 23 de octubre de 2007

El terreno escatológico

Fotografía: http://flickr.com/photos/xnelex/436817598/

Arístides es el dueño de un terreno que linda con su casa ubicada en la Urbanización el Prado de María. Todas las noches transeúntes y borrachos que frecuentan los botiquines de la zona, ante la necesidad digestiva que apremia al organismo, recurrían amparados en la oscuridad y ocultos entre el monte hacían uso del lote.

Molesto ante tal situación, decidió cercar el terreno para evitar el paso de los malvivientes y abusadores que tenían tan desagradable rutina. Sin embargo, la viveza criolla pudo más que el impedimento físico; le abrieron boquetes para entrar.

De fondo se escuchaba por la radio la impecable narración hípica del Alí Kan. Era domingo y jugaban su acostumbrada partida de dominó. Arístides comentó lo que le acontecía con el terreno, su compañero de juego y compadre Enrique le recomendó:

—Arístides, lo que tienes que hacer es ponerle luz a ese terreno, no seas pichirre ¡ilumínalo! y ya verás como no vuelven hacer uso de el en las noches. ¡Quién va a vaciar las tripas iluminao!

Tomó el consejo de su compadre, contrató a dos electricistas quienes colocaron un tendido de cables con bombillas. El terreno en su totalidad quedó alumbrado como feria de pueblo.

El domingo siguiente durante la rutinaria partida de dominó y a la altura de la cuarta válida del 5 y 6, Enrique le preguntó a Arístides.

—Compa, ¿y como le fue con la idea que le di de ponerle luz el terreno?

Le responde Arístides:

— Nooo… compadre, fue peor. Resulta que ahora son más los desgraciados que van porque se llevan el periódico para leer.

Cosas que se ven, se escuchan y pasan…

miércoles, 17 de octubre de 2007

Leche, si te he visto ni me acuerdo

Fotografía: No veo leche FRANCISCO PEREIRA panchoper@gmail.com

Quien no viva en Venezuela jamás podrá entender como en este país donde la tierra flota en un mar de petróleo se ahogaron en ese pegoste negro y hediondo las vacas, pollos, gallinas ponedoras, cerdos y otros animales. Se hundieron los cañaverales, las plantaciones de granos. A las industrias solo les queda la chimenea a medio humear. Sin embargo, los petrodólares vuelan hacia todo el mundo menos para ser invertidos en nuestra tierra, es más fácil y negocio) importar de países como Brasil y Argentina productos para “matarnos el hambre”.

Aquí donde abunda el líquido negro, conseguir el líquido blanco, la leche, es una odisea, una angustia perenne que se une a la inseguridad de transitar por las calles. Ante la costumbre de la escasez ahora hay que hacer colas en los supermercados y abastos para con suerte conseguir la preciada bebida. La última moda, hacer turismo de comercio en comercio preguntando con tono casi suplicante;
—¿Señor, hay leche?
Hay quienes tienen como estrategia levantarse al portugués de la panadería
—¡Portu chamo, apártame un litrico cuando llegue!- y para cuando la consiga salir del local “gillao” con una mano aferrada al envase y con la otra a la vida.

Como la leche no se ve en las neveras ni las vacas en los potreros, para reír y no llorar, aquí les dejo unos refranes que debemos modificar para estar en la onda de la Revolución Bolivariana de cambiar los nombres de todo, de las avenidas, calles, parques, ministerios, cambio de la bandera, el escudo, constitución, hasta la forma de pensar. Porque; Leche, ¡si te he visto no me acuerdo!

1. A buen entendedor, pocos litros de leche.
2. A vaca regalada, no se le mira la leche.
3. A la vaca rogando y con el vaso tomando.
4. A falta de pan, buenas son las tortas de leche.
5. Leche que no has de beber, déjala correr.
6. Leche y aceite no se mezclan.
7. Algo es algo, peor es nada. (cuado consigues ¼ de litro de leche)
8. A lo hecho, leche.
9. A otra leche, vaca mariposa.
10. Al pan, pan, y al vino, leche.
11. Al país que fueres, haz lo que vieres. (en Venezuela, busca leche)
12. Al que madruga, consigue leche en el mercado.
13. A mal tiempo, buena leche.
14. Amor con leche se paga.
15. Vaca parada no gana leche.
16. Borrón y leche nueva.
17. Calavera, no chilla (a menos que no consiga leche)
18. Vaca que no da leche, se la llevan al matadero.
19. Contigo leche y cebolla
20. Contra viento y marea de leche.
21. Cría bebés y te sacarán la leche.
22. Cuando el río suena, porque leche trae.
23. Cuatro bocas beben más leche que dos
24. De broma en broma, la verdad se asoma. (¡No hay leche)
25. De la leche que no hay ayúdame Dios que de la que hay la agarro yo
26. Del dicho al hecho, hay poca leche.
27. De noche, toda la leche es blanca .
28. De tal vaca, tal leche.
29. Dime que leche consigues y te diré quién eres.
30. Dios la cría y ellas dan leche.
31. Donde beben leche dos, poquita pero beben tres.
32. Donde hubo fuego, la leche hirvió.
33. El hombre propone y la leche dispone.
34. El que busca, encuentra leche (si tiene suerte)
35. El que cría vacas, recoge leche
36. En boca cerrada no entra leche.
37. En casa de lechero, toma Cola
38. En el país de la leche, la vaca es reina
39. En la adversidad se conoce a los que tienen leche.
40. Éramos pocos y parió mi abuela, ¡más leche!
41. Vaca nueva siempre da buena leche.
42. Leche, con leche, se paga.
43. Ha corrido mucha leche bajo el puente
44. Hablando de la leche, y la vaca que se asoma
45. Hacer yogurt de la leche cortada
46. Hasta aquí me trajo la leche.
47. Hasta que la leche nos separe.
48. Hombre prevenido bebe leche por dos.
49. Hoy por ti; mañana por la leche.
50. Me voy con mi leche a otra parte.
51. Juntarse la leche y las ganas de tomar café.
52. Leche descremada, divino tesoro.
53. La curiosidad mató a la vaca. Y nos quedamos sin leche
54. La leche mueve montañas.
55. La leche que colmó el vaso.
56. La letra, con leche entra.
57. La falta de leche hace al ladrón.
58. La vida comienza a los cuarenta vasos de leche
59. Las águilas no cazan moscas ni beben leche
60. Las apariencias engañan. (no es leche es cal)
61. La leche condensada conserva la amistad.
62. Le das un vaso de leche y te quita el litro.
63. Llora como mujer lo que no supiste defender como hombre. (mi litro de leche en el super)
64. Lo bueno, si es leche, dos veces bueno.
65. Lo que abunda no daña. (pero no es la leche)
66. Loro viejo no aprende a pedir leche
67. Los amigos de mis amigos que traen leche son mis amigos.
68. Más vale leche mala conocida que buena por conocer.
69. Matar la vaca de la leche de oro.
70. Mientras hay leche, hay esperanza.
71. Mucha leche y poco quesillo
72. Muerta la vaca se acabó la leche.
73. Nadar contra la mala leche.
74. Nadie diga, de esta leche no beberé.
75. Ni chicha ni limonada. (porque no hay leche)
76. No dejes para mañana el ordeño que puedas hacer hoy.
77. No es leche todo lo que reluce.
78. No hay leche que dure cien años ni vaca que viva para verlo.
79. No por mucho ordeñar se consigue leche más temprano.
80. No tener leche en la lengua.
81. No todo es soplar y envasar leche en botellas
82. Nombrar la mala leche en la casa del ahorcado.
83. Ojo por ojo, leche por leche.
84. Ojos que no ven, no consigue leche.
85. Pan con pan comida de putas, y pan con leche comida de rico
86. Leche para hoy y hambre para mañana.
87. Leche y circo. (puro circo porque leche no hay)
88. Peor es ni un vaso de leche
89. Perro que ladra no toma leche
90. Poner los litros de leche sobre la mesa.
91. Por la boca muere la leche.
92. Por la leche baila el mono.
93. Quedarse sin el pan y sin la leche.
94. Querer es poder. (si puedes conseguir leche)
95. Quien a buena vaca se arrima, buena ubre le cobija.
96. Quien con niños se acuesta y bebe leche, amanece mojado.
97. Quién me quita la leche bebida.
98. Quien mucho abarca, poca leche bebe.
99. ¿Quién te dio leche en este entierro?
100. ¡Sálvese quien pueda! (no hay leche)
101. Leche con gusto, no pica.
102. Tienes un corazón de leche
103. Tirar la leche por la ventana.
104. Tirar la leche y esconder la mano.
105. Tocar la leche con las manos.
106. Todo bicho que camina toma leche.
107. Toda leche pasada fue mejor.
108. Todos los caminos conducen a la escasez de leche
109. Tropezar dos veces con la misma mala leche.
110. Una de cal y una de leche.
111. Una mano lava la otra y las dos, toman un vaso con leche.

lunes, 15 de octubre de 2007

Del futuro, ¿Cual será el fruto?

Fotografía: De tal palo tal astilla. FRANCISCO PEREIRA panchoper@gmail.com


Este 15 de Octubre, los bloggers de toda la red se unen para hacer llegar un solo tema de importancia a quienes les visiten. En 2007 el tema es el medio ambiente. Todo blogger posteará algo acerca del medio ambiente a su manera y en relación a la temática de su blog. El objetivo es lograr que todos hablen dirigiéndose hacia un mejor futuro. Este es mi aporte.


Los domingos por la mañana el parque infantil se llena de niños que con sus padres van a divertirse entre columpios y sube y baja. Los gritos y la alegría andan por las veredas junto a las bicicletas y patinetas que asechan a los rosados y parsimoniosos coches empujados por florecientes instintos maternales. El sol refulgente de la mañana es tamizado por un bucare prendido en flores. A pie del tronco el banco que me sirve de asiento y punto de control. Mientras leo la prensa, Rodrigo corre alegre por el parque, escucho sus carcajadas de futuro. Entre noticia y noticia mi mirada salta por encima del periódico para chequear su ubicación y deleitarme con sus travesuras. Vuelvo la mirada a la prensa:

SANTIAGO – La Patagonia es el “símbolo de la naturaleza en el mundo", señaló el abogado estadounidense Aaron Sanger, encargado de la campaña internacional contra Hidroaysén, empresa de capitales extranjeros y chilenos que pretende construir cinco megacentrales hidroeléctricas en esa zona austral de Chile.

TORONTO - El cálido aliento del cambio climático ya alcanzó algunas de las regiones septentrionales más frías del planeta, convirtiendo sus paisajes helados en una especie de papilla a causa de aumentos en la temperatura de hasta 15 grados centígrados por encima de lo habitual

Rodrigo se mece en los columpios, toma velocidad, de un brinco y con los brazos intentando volar cae de pié para seguir hacia el tobogán. El tintinear de las campanas de un heladero distrajo su atención, rápidamente volteó hacia mí y gritó:

—¡Papi, papi, cómprame un helado!.

Un cono de vainilla era su preferido, le di el dinero para que lo obtuviera. Rompió la envoltura y la echó al suelo.

—Rodrigo recoge el papel, colócalo en el cesto de la basura, no se debe botar al piso los papeles porque ensucias el medio ambiente— le dije y me pregunté, ¿me habrá entendido?, enseguida su curiosidad no se detuvo.

Con el papel en la mano me dijo:

—Papi, ¿el medio de que? Preguntó con la inocencia que le dan sus siete años.

—Ven, siéntate aquí conmigo, te explico.

—El medio ambiente es todo aquello que nos rodea y que debemos cuidar para mantener limpia nuestra ciudad, colegio, hogar, en fin todo lugar donde podamos estar. Está conformado por la energía del sol, el suelo, el agua y el aire, además de todos los organismos que viven en la tierra, hogar de todos nosotros.

Rodrigo escuchaba con la atención puesta en su amiguito de turno.

—Si destruimos el medio ambiente nos perjudicamos nosotros mismos.

— ¿Entendiste? Con propiedad pregunté.

Con los ojos vivaes puestos en el “Transformer” del niño, asintió rápido con la cabeza y dijo:

—Entiendo papi.

Respondiendo, tomó el envoltorio del helado y en la carrera lo colocó en el cesto de la basura y fue a soñar en su mundo con sabor a vainilla.

ASUNCIÓN - El hambre y la desolación cunden en los departamentos (provincias) de Concepción y San Pedro, norte de Paraguay, tras los incendios que consumieron más de un millón de hectáreas de cultivos y bosques y dejaron casi 50.000 familias damnificadas.

SITIO DEL NIÑO, El Salvador - Ambientalistas y habitantes de esta ciudad salvadoreña reclaman el cierre definitivo de la empresa fabricante de baterías para automóviles que ya lleva 12 años contaminándolos con plomo.

Me recosté en el espaldar del banco, escuché a Rodrigo.
-¡Rayo desintegrador! fushhhhhhhhh...
Miré sobre el periódico y me pregunté:

— ¿Será la misma sonrisa la de sus hijos, la de sus nietos?