sábado, 20 de junio de 2009

Fragancia perpetua

Fotografía: Las Flores de Julián de FANCISCO PEREIRA. panchoper@gmail.com


¡Donde hay flores hay vida! así decía Julián. Él disfrutaba de sus aromas y colores. Todos los viernes llevaba espigadas gladiolas y nardos a la casa, las ponía en el florero, en la mesa de centro para decorar el salón.

Miguelina, su mujer, le gritaba.

―¡Julián por Dios, hasta cuándo traes esas flores que huelen a muerto!

Desde hace tres años, Julián, los fines de semana, después que se marchan las visitas, sale en el frío silencio de la noche a buscar sus flores; de una en una las roba a sus vecinos y, entre crisantemos, caléndulas y el verdor de la grama las disfruta en paz.

domingo, 14 de junio de 2009

Transgresor de sueños

Fotografía: ¿Y tú, porqué le aguantas? FERRAN http://www.flickr.com/photos/ferran-jorda/983372791/in/set-72157601391270125/


Mariela estuvo a punto de morir. Los golpes inclementes de Camilo, su compañero, habían embestido con fiereza su cuerpo frágil.

Siete años fue la sentencia, Camilo cumplió su condena y Mariela rehizo su vida.

Anoche, en el barrio, vieron a Camilo rondar el rancho de Mariela.

En la madrugada, a luz de farol y linterna, entre los restos humeantes, calcinados, la encontraron.

Murió abrasada, abrazada a su amante.

domingo, 7 de junio de 2009

Estertor

Fotografía: Escalera de FRANCISCO PEREIRA. panchoper@gmail.com


Huye en búsqueda de la luz, acelera el paso. El pulso golpea el pecho y redobla en las sienes. Cientos de abejas zumban en sus oídos. Inclina el torso y sus manos se apoyaron en las rodillas, el peso descansa en sus brazos. Se atreve a mirar hacia atrás, de soslayo, sabía que era la presa de su carcelero sin rostro.

Corre por un mundo ignoto. Las hojas vencidas crujen a su paso. Se detiene jadeante y mira el río que marca la frontera. Sincopado sigue el viaje inalterable por su cauce, sosegado e indetenible en un recorrido de ley, sin retorno. Los troncos de los árboles robustos hunden sus raíces y se asen al fondo lodoso de la ribera conectando la tierra con lo infinito. En la bruma espesa, onírica, en medio de la selva plateada, sus ojos se asomaron en su rostro. Entre los bejucos ve un túnel, una escalinata, un destino desconocido.

Piensa en quedar atrapado a merced de su carcelero o subir los peldaños y perecer en la luz para retornar.

Era hora de decidir.