
En Belén María descansaba de sus labores bajo la sombra de un olivo, Esther, su amiga le dijo:
―María ese embarazo te ha caído de lo mejor, te ves bellísima, mira que cutis tan lozano tienes.
María con expresión de tedio de soslayo la miró a los ojos, a lo que respondió:
― ¿Tú crees?
― ¡Claro! mírate al espejo mujer, ese hijo debe de ser de un dios.
― Ni tanto.
5 comentarios:
jajaja
genial!!
además, quería una nena
¡Buenísimo! Me imagino a María en la escena diciendo eso y me muero de la risa. A veces los mandatos de la fe son un poco rígidos y nadie se acuerda que los santos también bromean. Qué bueno que vos te acordaste.
Me encantò! ;0)
Saludos.
Siempre he pensado que llamarse José lleva intrínsico el que te monten cachos...
Esto es magnífico! ¡Qué bello retrato. Me gustaría que parecía bueno durante el embarazo. Gracias por compartir!!
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